lunes, marzo 12, 2018

Sobre el masmelo, Tessa y la máquina de dulces

Clase del 28 de febrero y 2 de marzo

En la clase del miércoles 28 de febrero descubrí la diferencia entre una raya y un guión. En mi clase de Crónica y Reportaje de prensa mi profesor Germán ya me había resaltado que tenía que aprender a escribir bien los diálogos. No voy a contar cómo los escribía, ya me da pena porque igual todos los que leen esto ya sabrán que está mal. ¿Cómo es que leyendo tantos libros, nunca me fijé en la manera en que los diálogos estaban escritos? Lo importante es que aprendí.

Una raya indica un inciso o una interrupción, y es la que se usa cuando se ponen diálogos. Un guión es así "-", por eso una raya es como un guión más largo: "––". Una raya implica una interrupción mucho más contundente. El guión se usa para unir palabras tipo "costo-beneficio".

Esto que acabo de hacer de poner doble comilla en palabras o letras que quiero diferenciar, también está mal porque debería utilizar cursiva. Las cursivas no se usan en nombres de capítulos, frases extranjeras y abreviaturas comunes, términos químicos o letras griegas. Tampoco sabía eso. Yo siempre le ponía cursiva a todo y a nada. De nuevo, en vez de usar una palabra en negrita en medio del párrafo, se pone cursiva. La cursiva está por todas partes, y yo que pensé que no servía de mucho.

En la clase del 2 de marzo, el profesor Cobos le pidió a uno de mis compañeros que leyera su bitácora porque no la había hecho la clase pasada. En su escrito, nuestro compañero describió lo despistado que es porque no suele acordarse de las tareas que deja Cobos o porque no recuerda las veces que dice que no vamos a tener clase. Después de leer su texto, el profesor comentó que no es el tipo de bitácora que él espera, le recomendó dejarse llevar más por la creatividad y ser menos sistemático, más intertextual. No sé por qué eso nos llevó a ver un video sobre el test del masmelo.

El video mostraba un experimento psicológico con niños alrededor de los 4 años, a cada uno lo dejaban solo en una cámara de Gesell mientras los psicólogos observaban su comportamiento. Una persona entraba con el niño al recinto, le decía que pronto volvería y que no se comieran el masmelo que había en la mesa hasta que volviera. Si el niño no se comía el masmelo en su ausencia, recibiría uno más. En el video mostraban a varios niños en desesperación por comerse el dulce, la tentación era terrible. Unos lo comieron, otros no. Al final se concluyó que los niños que no comían el dulce eran más exitosos a lo largo de su vida mientras que los que no resistían la presión y no tenían fuerza de voluntad para retenerse, no eran tan exitosos.





Nunca entendí si esto era una lección para mi compañero pero el video estuvo chévere, me recordó a otro experimento más reciente que se hizo en España con una máquina de dulces. Esta vez todos los niños estaban juntos y los instructores les decían que nadie tocara la máquina mientras ellos no estaban. Los instructores les decían que tenían que ir a recoger algo que se les había quedado pero que a penas volvieran, todos podrían comer. Ustedes no se imaginan lo que pasó a penas cerraron la puerta.

Les voy a dejar el video aquí pero en resumidas cuentas, una sola niña tuvo la iniciativa de forzar la máquina para sacar los dulces. Resultó que, a propósito, la máquina estaba diseñada para que se esparcieran muchos dulces sin cesar; para que la niña pensara que ella había dañado la máquina por desobedecer. La niña entró en llanto, culpó a todos desesperada, les dijo que recogieran los dulces. Yo no podía creer esto. 

Había un niño con una actitud muy curiosa: se preocupó muchísimo y se fue a esconder cerca a una piscina de pelotas, repetía algo como ¡no puedo mirar! ¡no puedo mirar! El niño se sentía culpable también, él no había tocado la máquina pero salió corriendo pensando en las consecuencias que tendrían todos por culpa de Tessa, la niña que desató el desorden. Yo sigo pensando que yo hubiera sido ese niño, pero luego veo a una niña que se había quedado muy juiciosa en su puesto y que luego de un tiempo, al tener a Tessa al lado le dijo muy sinceramente: ¡Por tu culpa! De nuevo pienso, esa también hubiera sido yo. Tessa respondió pegando un grito y siguió llorando.

Cuando los instructores habían indicado las condiciones, Tessa había sido la única en desafiarlos al preguntarles por qué no podía tocar la máquina de dulces. Ahí fue cuando pensé que desde el principio se veía venir. Cuando los instructores se enteran, ella les dice que le han pegado y por eso llora. 

Este experimento hace parte de una serie llamada La vida secreta de los niños y ya he visto varios en donde Tessa siempre es desobediente, me cae mal. Al final los instructores la abrazan y no la castigan. Muchas personas los criticaron por eso pero yo sigo pensando que al ser parte de un experimento psicológico, no es su deber corregir a los niños sino observarlos, ese trabajo ya recae en los padres.





En mis clases de psicología solemos hablar de la ética que debemos tener en la práctica,como cualquier profesional. Hace poco en mi clase de Desarrollo y procesos afectivos vimos un experimento con el fin de entender cómo funcionaba el apego en los bebés. 

La prueba consistía en que una madre ingresaba con su bebé de 6 meses en adelante y empezaba a jugar con él. Luego de un rato entraba una persona extraña para el bebé e intentaba jugar con él. El bebé evitaba el contacto físico y visual con esta persona, a pesar de que cuando llegó notó su presencia y la observó cuidadosamente. El bebé intentaba acercarse cada vez a su madre. La segunda parte de la prueba implicaba que la mamá saliera del salón y dejara al bebé solo con la persona extraña. A penas esto pasó, el bebé empezó a llorar. Es curioso porque antes estaba distraído jugando con varias cosas pero de repente notó cuando su mamá se fue. Se sintió desprotegido y amenazado.

De acuerdo a mi clase de afectivos, los bebés a partir de los 6 meses ya generan un vínculo de apego con su madre o cuidador, ya tienen la suficiente memoria para distinguirla por completo y precisamente por eso aparece un miedo a los extraños. El miedo a los extraños es supremamente importante porque deja ver el vínculo afectivo. Un bebé que tiene apego juega con su cuidador, busca el contacto visual y ríe. En la medida en la que su mamá está, el bebé se siente seguro para explorar el mundo, por eso es que cuando su mamá se va, el bebé se siente desprotegido e inseguro. Ya cuando tienen un año, los niños se pueden desprender un poco más y explorar más a fondo sin tener a su mamá de lado.

El caso es que este tipo de experimentos ya no son considerados éticos por el simple hecho de que no se puede dejar a un bebé a la deriva, llorando y sufriendo. El llanto de este bebé supone un terrible sufrimiento para su edad, no es correcto subestimarlo.


Luego de hablar del test del masmelo, el profesor nos enseñó cómo citar en APA. Hay citas textuales cortas y largas, citas indirectas cortas y largas; pueden haber unas con énfasis en el autor, en el año o en el contenido. En mi mente nunca las había clasificado así, uno solo lo hace y ya. Al final el profesor nos puso unos ejercicios para identificarlas y nos hizo un quiz por Kahoot. Cobos nos propuso que quien quedara en los primeros tres puestos, tendrían 5, 4.5 y 4 respectivamente y estarían eximidos del parcial.

De nuevo, la adrenalina inundó el salón y justo cuando faltaban 2 preguntas para terminar el juego, el proyector colapsó y no pudimos jugar más. Los que iban a ganar no pudieron terminar, mi amigo Mateo era uno de ellos y entró en crisis, ¡estaba tan cerca!

El quiz se pasó para la siguiente clase en la que sería el parcial y se acabó la clase.