Hablar de citas no hace sino recordarme a las veces en las que me ha tocado buscar fuentes hasta el cansancio para poder completar mis trabajos de psicología. No paro de pensar en la vez que tuve que hacer el proyecto final para la clase de Neuropsicología Humana. Fue un martirio. Sufrí demasiado. El tema era sobre las falsas memorias, esas memorias que uno jura que son reales pero en realidad no. Un ejemplo de eso es como cuando te atracan y luego te preguntan cómo era el ladrón. Uno sabe que uno no tuvo tiempo de mirar si el señor o la señora estaban a la moda o no, uno solo se asusta, sale corriendo y ya. Pero suele pasar que, cuando intentamos recordar ese momento, resultamos diciendo que la persona tenía una camiseta azul y tenis blancos, y que era de tez morena y pelo negro. La mayoría de las veces esto no es cierto, solo son construcciones que hacemos en nuestras mentes por una experiencia pasada que tuvimos.
Tengo que aceptar que cuando me gradué del colegio salí con muy buenas bases de APA, utilizábamos las sugerencias todo el tiempo. A pesar de que aún me defiendo, acepto que muchas cosas han cambiado y otras tantas me las inventé. En mi propio mundo me volví tirana y las modifiqué un poco a mi gusto sin darme cuenta hasta ahora. ¡Ey, me acabo de dar cuenta de que creé falsas memorias con respecto a esto!
El trabajo que hice para Neuro no solo era sobre los falsos recuerdos sino de su relación con el lenguaje, más específicamente, la fluidez verbal. Claro, esto complejizó la búsqueda de las fuentes. Doble trabajo, la amenaza emocional y académica era real. La fluidez verbal es “La capacidad de producir espontáneamente un habla fluida, sin excesivas pausas ni fallas en la búsqueda de palabras.” (Zanin, Ledezma, Galarsi, & De Bortoli, 2010) Por ejemplo: si yo te pido que me digas 5 palabras que empiecen por o en 5 segundos, tendrás alta fluidez verbal si lo logras. La clave está en que sean palabras diferentes, no se vale que pongas oso, osa, osito, osota. Esto nos mostraría que no se te facilita pensar en palabras totalmente diferentes como organizar, operar, ocasión; sino que tu vocabulario se reduce oso y su familia. Supongo que estarán pensando cómo carajos se juntan esto con las falsas memorias. Precisamente eso era lo que queríamos averiguar: si se relacionaban o no esas dos variables.
Los falsos recuerdos son más comunes de lo que creemos, nuestra memoria en realidad es muy muy muy imprecisa, ¡no podemos confiarnos del todo! Esperen, tengo que aclarar que si bien “…son registros de información desviados de la realidad (…) no son invenciones extremadamente distanciadas de las memorias verdaderas; es por esto que pueden llegar a guiar el comportamiento y las decisiones del sujeto.” (Alario, Guzmán, Hall, Lozano, & Suescún, 2017) ¿Casos serios de la vida real? Las confesiones en los juicios y casos criminalísticos.
Cuando ven Criminal Minds y CSI es claro verlo: hay personas que no recuerdan muy bien lo que pasó esa noche oscura y fría de octubre cuando la vecina de al lado fue asesinada a sangre fría. ¿Qué hace el testigo? Decir que probablemente oyó el disparo y que recuerda haber hablado con la víctima días antes cuando en realidad no pasó. ¡Gravísimo, ¿no?! Personas inocentes pueden ir a la cárcel gracias a los falsos recuerdos. ¿A quién podemos agradecerle esto? ¡A nuestro cerebro!
Okay, estarán pensando que soy una loca con la psicología pero en realidad es muy interesante y quisiera que lo vieran con los mismos ojos que yo. Las falsas memorias nos hacen ver que nuestro cerebro no es tan perfecto como creemos. No me malinterprenten, amo el cerebro humano, es maravilloso en todas sus maneras, es impresionante todo lo que es capaz de hacer, peeeeero… a veces tiene fallas y eso debemos tenerlo en cuenta.
El caso, volviendo al punto… ¿cómo rayos se relaciona la fluidez verbal con las falsas memorias? En que posiblemente las personas que tienen más fluidez verbal podrían ser más propensas a generar falsas memorias por el simple hecho de que tienen más repertorio verbal, o sea, más vocabulario. Entre más información, eres más propenso a errar cuando se te presentan diferentes estímulos. Por ejemplo, creamos más falsas memorias cuando un familiar nos afirma que así éramos de chiquitos:
––Tú alguna vez te montaste en el pasamanos y te partiste la cabeza en dos, eras muy pequeño para acordarte.
Y uno les cree. Generalmente porque es una persona conocida en la que confiamos y que era más consciente en ese momento. El punto es que entre más detalles nos da, más le creemos. (Más info = más posibilidad de confusión, ¿me hago entender?)
Bueno, lo que hicimos con mi grupo de investigación para ver si nuestra hipótesis era cierta fue hacer dos pruebas, una de fluidez verbal y otra de falsas memorias. Primero les presentamos 8 letras, para cada una debían escribir alrededor de 10 palabras que empezaran por esa letra. Para corregir esto teníamos que tener en cuenta algunos criterios como si habían palabras repetidas o muy parecidas entre sí, como la familia del oso. Además, los voluntarios tuvieron que llenar un formulario respondiendo si leían frecuentemente, en dónde lo hacían, cuántos años tenían, etc. para saber qué podíamos esperar de su vocabulario.
Luego pasamos a la prueba de falsas memorias que consistía en leerles tres listas de palabras, cada una tenía una palabra crítica. La palabra crítica es una que no está propiamente en la lista pero está asociada a las que sí están. Por ejemplo:
Lista 1. Palabra crítica: Noche
• Luna
• Oscuridad
• Estrellas
• Negro
• Cama
• Lámpara
• Sueño
• Descanso
Si se dan cuenta, la palabra noche no está incluida pero está relacionada con todas las demás. ¡Ahí está el truco! (intento de risa malvada). Los participantes solo tenían que escuchar lo que les leíamos, ellos sabían que tenían que memorizarlo porque después les preguntaríamos algunas cosas.
Y no se imaginan lo que pasó.
Cuando les pasamos una lista sobre las posibles palabras del dictado, muchos marcaron la palabra noche como una que estaba en la lista. ¡SON MENTIROSOS! En realidad no, solo que definitivamente generaron falsas memorias gracias al estímulo que se les presentó antes:
Cuando procesamos el concepto y este se activa en la memoria, la activación se propaga hacia todos los conceptos vecinos y hace que se activen. De esta manera la alta sensación de familiaridad que produce esta activación produce la interferencia cuando la persona se encuentra con la palabra crítica durante la prueba de recuerdo libre, haciendo que formule un juicio incorrecto de recuerdo o reconocimiento. (Martínez Linhares, 2015, p. 8)
En conclusión, de acuerdo a nuestro estudio, cuanto mayor sea el nivel de familiaridad que enfrentamos ante la palabra, debido al alto nivel de fluidez verbal y la cantidad de lectura, será más factible que la persona pueda generar una confusión, y por ende, generar un número elevado de distorsiones en su memoria. (Alario et al., 2017, p. 19) Efectivamente pudimos ver que las personas que tenían un alto rendimiento en la prueba de fluidez verbal, decían que leían mucho. Y además, pudimos relacionar que eran precisamente ellos los que más tenían falsos recuerdos.
¡Muy chévere, ¿no?!
Okay, tal vez para ustedes no lo sea pero les conté todo esto a lo largo de mi bitácora para mostrarles que corrí el riesgo de cometer auto plagio porque cité algunas partes de mi trabajo de Neuro. Intenté ser cuidadosa solo con el fin de darle un sentido académico a esto porque el auto plagio fue uno de los temas que vimos a lo largo de estas dos semanas. Debo aceptar que es algo complicado, no puedo tomarme en serio que yo pueda ir a la cárcel por copiarme de mí misma.
(A continuación me faltará la sangría francesa, Blogger no logra reconocerla).
Referencias
Alario, N., Guzmán, A., Hall, D., Lozano, L., y Suescún, L. (2017). Relación entre falsas memorias y fluidez verbal. Bogotá D.C.
Martínez, S. (2015) Relación entre la fluidez verbal y el reconocimiento falso. (Tesis de pregrado). Universidad de Salamanca, España.
Zanin, L., Ledezma, C., Galarsi, F., y De Bortoli, M. (2010). Fluidez verbal en una muestra de 227 sujetos de la región Cuyo (Argentina). Fundamentos en Humanidades Universidad Nacional de San Luis – Argentina, 21(1), 209.