miércoles, mayo 02, 2018

Sobre Juanita, la mariposa y la coma fantasma

En la clase del 20 de abril hablamos de los signos de puntuación y las mayúsculas, algo que de verdad siento que es muy importante y que intento no olvidar día a día. Yo soy de las personas a las que, en serio, les molesta que otros escriban mal. Soy de las que pienso que la gente que no pone tildes o mayúsculas, y que no utiliza bien las comas por simple ignorancia, necesita una clase como esta. Tal vez un curso intensivo. ¡No entiendo cómo no les interesa hacerse expresar bien! Tampoco entiendo cómo hay gente que les entiende. Que alguien les entienda y les responda es como un refuerzo positivo a la persona que habla mal, y ante eso, no va a cambiar su conducta, no hará nada para expresarse mejor. Y esto es grave.

Las abreviaturas no me molestan tanto, sé que por Whatsapp puede resultar necesario, ya que es una vía de comunicación mucho más informal y rápida. Entiendo que una persona que esté en una fila para comprar un café necesite escribirle rápido a su amigo para concordar cuál café comprar y en esos momentos puede surgir un “Parece que no hay café con crema xq a la señora de adelante no le ofrecieron.” Okay, es válido. Lo que no es válido es que escriban así en los textos académicos. Como es tan evidente y visualmente horrible, la gente no lo hace tan seguido. El problema es con las tildes porque al no ser tan notorias y al no cambiar la idea tan contundentemente, entonces ignorarlas no resulta tan criminal. ¡Pero sí lo es!  

No hay nada más horrible que leer un texto sin tildes. Como decimos en mi clase de crónica, el texto se súper accidentado. Al lector le toca hacer bastantes pausas para ubicarse. La información que llega al cerebro toma más tiempo en codificarse con el sentido de la palabra. También existe la diferencia entre mas y más. No son lo mismo, y si le falta la tilde, puede llegar a ser muy confuso. La gente no se puede conformar con que Word les corrija todo. Primero porque se vuelven lentos y nunca aprenden; segundo porque, en un momento de su vida en el que no tengan esta herramienta, van a pasar un oso tenaz.

Errores en las comas pueden perjudicar más aún la lectura, principalmente porque esas sí que pueden cambiar todo el sentido de la oración. Me acuerdo que en una clase de crónica, mi compañero Mateo escribió su novia y la fobia que tiene hacia las mariposas. Cuando terminamos de leerla, todos pensamos que estuvo muy buena. Los comentarios apuntaban a que fue divertida y estaba bien escrita hasta que el profesor quiso resaltar un único error: una coma mal puesta estaba cambiando todo el sentido de una oración. Y el resultado era grave. Era algo como así:

“Para Juanita, la criatura más horrible del mundo, en todos sus colores y presentaciones.”  
Él estaba tratando de decir que para su novia Juanita, las mariposas eran la criatura más horrible del mundo, pero por la coma se entendía que su novia Juanita era la criatura más horrible del mundo, no importaba qué color se pusiera ni cómo se viera, siempre lo sería. Todos nos reímos muchísimo, era claro que era un pequeño error. Eso no cambió lo buena que era la crónica, pero sí el sentido de lo que quería decir. Todos nos burlamos de él porque pensamos que si ella lo leyera, seguro le armaría pelea.
Cosas así perjudican las ideas. Uno puede tener una muy buena idea pero si no la sabe expresar, nadie querrá compartirla, innovarla, criticarla ni profundizar en ella.

Hay algo que también me molesta. Ya para este punto pensarán que soy una paranoica y que odio todo, pero la verdad es que solo no me gusta que las personas no se preocupen por su escritura. Si buscan videos en internet (memes, que fue lo que vimos en la siguiente clase), verán que hay mucha gente como yo que intenta expresar su inconformidad. Lo que me molesta profundamente es que las personas digan que las mayúsculas no tienen tilde. ¡A QUIÉN SE LE OCURRE DECIR ESO! es diferente a decir ¡A QUIEN SE LE OCURRE DECIR ESO! No tiene nada de sentido esa afirmación. Una letra, no por ser más grande tiene menos acento, ¿o es que deja de sonar igual cuando es mayúscula? Si sí, entonces lo entiendo.

Cada vez que pienso en esto me acuerdo de un amigo de apellido Ángel, que era obstinado y no le gustaba poner la tilde en la a. Alguna vez lo confronté y me dijo que como era un apellido en inglés, no se lo ponía. Cómo será la rabia que me dio que hasta hoy no he podido olvidarlo. No he podido. Es que, simplemente, no tiene sentido. Tú puedes creer que tu apellido es muy gringo y toda la cosa pero si lo sigues pronunciando en español, con acento español, entonces le pones la tilde. Además, todos sabemos que no es el QUÉ apellido gringo. Distinto sería si su apellido fuera McCarthy o Penn. Uno entiende. Pero sinceramente, yo soy partidaria de escribirlo como suena dentro de las reglas del español. Puede ser que este amigo fuera un alma incomprendida en el mundo que, de verdad tenga un apellido gringo y que ahora tiene la maldición de que todos los colombianos lo hayan cambiado a su gusto solo porque no sabían pronunciarlo. Sin embargo, de nuevo, sinceramente, no creo que sea el caso. Me rehúso.

Algo que no me gusta es que popularmente la gente se conforma con no poner las tildes o utilizar bien el español. Ustedes pueden ver los nombres de las canciones en Spotify, y están muy mal escritas. Tuve un gran problema con la canción de J Balvin que se llamaba Ay Vamos. ¡Gravísimo! Porque la canción en realidad se refería a la palabra ahí. Qué martirio. Cada vez que sonaba era como un constante recordatorio en mi mente de cómo la sociedad no se da cuenta de los terribles errores que comete.

Esta fue la inconformidad que surgió en mí luego de pensar en todo lo que vimos en la clase. Solo espero que, con el tiempo, la humanidad pueda ir ganando más sabiduría frente a este tema.

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